Hay días que permanecerán en el recuerdo de la historia blanca. La edición de la pasada Champions, merece un álbum especial porque cada una de las eliminatorias ha sido memorable. Que se lo digan al PSG, Chelsea, Manchester City o Liverpool si pueden dormir tranquilos a día de hoy.
A priori eran cuatro equipos a tener en cuenta. Considerados como referentes en el actual modelo del fútbol europeo, son de los más temidos por el resto de los mortales.
No daban ni un duro por el triunfo madridista y este se los cargo a todos. Sin temblarle el pulso, no le importó nada ni nadie. Le sobró hasta tiempo. Su planteamiento eléctrico fue fulminante para cualquiera que se le pusiera por delante.
Un auténtico truco de ilusionismo. Nadie era capaz de explicar cómo se gestaron todas esas remontadas, pero se hicieron. La más épica quizá fue ante el City de Guardiola, un entrenador conocido por la casa blanca.
Pep Guardiola es una de las víctimas favoritas del Real Madrid
Es ya considerado una de sus víctimas favoritas y uno de los clubes al que más veces se ha enfrentado Guardiola en toda su carrera. En total han sido 21 ocasiones, solo superado por el Arsenal que suma 24.
El balance es más que preocupante para el catalán. Solo ha conseguido la victoria en la mitad de los enfrentamientos. Las otras veces o ha perdido o ha empatado. El Real Madrid le tiene tomada la medida y las últimas veces han sido con victorias muy contundentes. ¿Quién se va a olvidar de esa épica remontada en el Bernabéu?
La cuenta de twitter @RealHeartMadrid publicaba un vídeo hace unos días, con el que se generó de nuevo un gran revuelo. Aquella noche histórica de principios de mayo, un miércoles de Champions en el que la emoción y la épica era el único aliciente que se necesitaba en ese encuentro. El Bernabéu y los jugadores ponían el resto.
El momento justo en que ganamos esta Champions. pic.twitter.com/7XHEZETWI0
— Miled De Mayo (@RealHeartMadrid) July 9, 2022
Cuando todo parecía perdido, la luz de ese ADN volvió a brillar. Ya lo advirtió muy enfadado Guardiola en la ida de aquellas semifinales. Era la segunda semifinal consecutiva que se enfrentaban ambos equipos. Hace un año ganaron los ingleses, pero esta vez el madridismo le tenía tomada la medida.
La épica madridista no tiene fin
Se adelantaron hasta los ingleses en el minuto 73 por medio de Mahrez, pero si dejas vivo a este equipo, las consecuencias pueden ser muy grandes. Vivo y coleando el equipo de Ancelotti despertó y reaccionó a tiempo. “Rodrygol” fue el artífice de aquel partido. Sus dos goles en las acaballas del encuentro despertaron a la bestia.
Las bancadas de uno y otro equipo eran la cara y la cruz, el calor abrasador y el frío helado, la vida y la muerte, el bueno y el malo o el héroe o el villano. Pónganle la etiqueta que quieran, pero lo que se vivió en esos minutos fue de lo mejor que ha ocurrido en un estadio de fútbol.
Los citizens se las veían con pie y medio en la final, pero la inmadurez de un equipo joven, pesó demasiado en ellos y se desmoronó cuando el rival les zarandeó un poco.
El Real Madrid con balón es un equipo muy poderoso y lejos de ahogarse en sus penas, vive demostrando que tiene valores incalculables. No hay ningún jugador que se arrugue. Todos piden la pelota y quieren ser superiores al resto. Tan solo hace falta ver el vídeo.
Guardiola que se lo piensa en la banda, reflexiona porque presagia que algo malo ocurrirá. Nadie puede asegurar nada en el Bernabéu y en una eliminatoria de Champions con el rey de esta competición delante.
Guardiola no sabe dónde meterse
No puede permanecer sentado más de 6 segundos desde que cae el primer gol de Rodrygo. Si el equipo había conseguido marcar el primero, el segundo estaba más cerca que nunca.
Seis pasos desde su butaca hasta el límite del área técnica y vuelta a su marcha para pensar qué es lo que ha podido pasar. Cabizbajo, mira al suelo sin encontrar una solución. La afición aprieta. Parece una fiesta cuándo el cuarto árbitro levanta la tablilla con los seis de añadido.
Segundos después vuelve a pasearse aireadamente por la zona técnica, pide a sus asistentes el tiempo restante que queda. Sabe que es darles media vida a los blancos. Las caras de Rodolfo Borrell, Carlos Vicens o Lorenzo Buenaventura sentados a su lado, también son un auténtico poema. Se presagiaba lo peor.
Con el segundo de Rodrygo se mastica la tragedia. El Real Madrid ha tocado el cielo y ha impuesto la épica en una noche gloriosa. El plano de la realización cambia por completo, y enfoca la otra cara de la moneda. La masa verde, el color de la equipación de entrenamiento de los blancos, se mueve por el área técnica.
Un gesto, el abrazo de Marcelo con Ancelotti, significa y demuestra el buen rollo que se transmite en el equipo. Tiene pinta que el brasileño le diga el mítico: “te lo dije”. Nadie era capaz de generar un guion en aquel encuentro.
Crónica de una muerte anunciada
El gotero del suero del Real Madrid volvió a funcionar. Le dieron el alta hospitalaria al instante subiéndolo a planta muy cerquita de la pueta de salida. Cuando vuelve la imagen al banquillo visitante: ni rastro del entrenador.
Guardiola está en el fondo de la imagen, hundido y pensativo. Sus ojos asumen que el miedo se ha apoderado de ellos. Otra edición de la Champions que se le antoja complicada. Una vez más sin llegar a una final.
Mascando chicle, vestido de luto con ese jersey de cuello vuelto de color negro, trata de encontrar una mirada cómplice que reaccione a su equipo, pero es inevitable. La mirada en el crono, asume que lo tienen muy complicado.
Un minuto más tarde Rodrygo conseguía el segundo y la historia se ponía de nuevo de cara para los de Carletto. Una crónica de una muerta anunciada.