Uno de los grandes fichajes que ha dejado este mercado de verano ha sido el de Casemiro al Manchester United. El brasileño puso fin a su etapa en el Real Madrid después de ocho temporadas y 18 títulos conquistados: 3 Ligas, 1 Copa del Rey, 3 Supercopas de España, 5 Ligas de Campeones, 3 Supercopas de Europa y 3 Mundiales de Clubes es el brillante palmarés que deja el exmadridista.
El Manchester United pagó al Madrid 70 millones de euros más 15 en variables para hacerse con los servicios de Casemiro. El de Sao Paulo, con el 18 a la espalda, será el líder del centro del campo de los red devils, con el objetivo de volver a situar al club inglés en la cima del fútbol europeo tras muchos años sin ser alguien relevante en el continente. En Mánchester se ha reencontrado con Raphael Varane y Cristiano Ronaldo, con quienes compartió vestuario en Chamartín y ganó muchos títulos.
Tras haberlo ganado todo con el Real Madrid, y haberle presentado el United esta nueva oportunidad para su carrera, a sus 30 años, Casemiro sabía que era el mejor momento para marcharse del Santiago Bernabéu y emprender una nueva aventura. Se ha ido, además, por la puerta grande y como un caballero. Y lo ha hecho también después de haber ganado su quinta Champions, competición que no podrá disputar este año con el Manchester.
La venganza de Casemiro cuando era solo un chaval
El gran carácter y el tremendo liderazgo que ha demostrado Casemiro en el Real Madrid lo ha tenido desde siempre, desde que jugaba al fútbol en Brasil siendo un chaval. Uno de sus amigos de la infancia y excompañero suyo en el equipo de Moreira, Kleberson, confesó en una entrevista la venganza que cumplió Casemiro contra un portero rival que se había reído de sus compañeros.
“Casemiro nos dijo que ese chaval no va a volver a decir jamás que nuestro equipo es débil. Nos aseguró que iba a meter cuatro o cinco goles y que nunca olvidará su nombre. El primer balón que robó, disparó fuerte desde fuera del área, como hace en Europa. Marcó el primero y en la segunda parte robó la bola e hizo gol de cabeza. Acabó el partido marcando tres goles y dando dos asistencias. Al final le dijo al portero: “‘no juzgues al equipo por la apariencia’” , contaba su amigo Kleberson.