Los inicios de la carrera deportiva de José Mourinho como entrenador no fueron nada fáciles. Joan Gaspar y Josep Lluis Nuñez por aquel entonces presidente no lo querían. Llegó al club catalán de la mano de Bobby Robson, era su mano derecha y por nada del mundo quería que fuera otro quien ocupara su puesto. Pero el Barcelona aporvechó la jugada para proponer un sueldo irrisoria a Mourinho, que no dudó en aceptarlo por la oportunidad que suponía estar en un club como el Barça.
Con estos precedentes, cuenta el propio Gaspar que a Mou le ofrecieron 5.000 pesetas, es decir, 30 euros al mes por ser ayudante de Robson, algo inadmisible hoy día. Teniendo en cuenta que el salario mínimo interprofesional era de 390 euros, lo que ocurrió en Can Barça con Mou era motivo para sospechar de explotación. Pero Mou aceptó el reto.
Gaspar cuenta que él pidió al presidente Núñez pagarle un poco más, 7.000 pesetas, es decir, una ridiculez. Pero Núñez se negó rotundamente. Esto habla muy bien de Mourinho y muy mal del Barça que siempre se ha visto lastrado por ser un club pesetero, cosa que le ha perjudicado notablemente a lo largo de su historia.
Esto recuerda en cierta medida a la situación por la que atraviesa Frenkie de Jong, aunque evidentemente hay que salvar las distancias, pues el sueldo del neerlandés ya es muy elevado. Pero pedir una reducción salarial a un futbolista para poder seguir fichando a jugadores por los que se han pagado hasta 60 millones es para muchas personas algo inadmisible.
Quizá es la fórmula que utilizan en Can Barça para espantar a sus trabajadores, independientemente del puesto que ocupen. Pero la anécdota es cuanto menos cómica tratándose de un equipo que un año después se gastó más de 10.000 millones de la antiguas pesetas en Luis Figo. No es que la situación del club catalán fuera mala, lo que era malo es el trato a un técnico que tocaría la gloria poco tiempo después.
Puede que este sea uno de los motivos por los que Mou odió años más tarde al Barcelona, aunque él recuerda la anécdota con una sonrisa. Hay que destacar que el propio Gaspar ayudó en otras cosas a Mou. Por ejemplo, lo dejaron vivir en un hotel a gastos pagados junto a su mujer y su hija recién nacida. Mou declaró que se enamoró de Barcelona, pero tras su salida todo cambió.
En su etapa como entrenador del Tottenham Hotspur llegó a cobrar 17 millones de euros por temporada, una cifra de locura si se compara a la de sus inicios en el Barcelona. Mourinho fue explotado para probar sus límites, pero parece que el portugués finalmente se haría con la suya convirtiéndose en uno de los entrenadores mejores pagados y habiendo cosechado grandes éxitos a lo largo de su carrera deportiva.