Que el Real Madrid realizó un gran espectáculo futbolístico sobre el verde, no hay quién lo niegue. La remontada ha conseguido ser de esas de libro y nadie le puso un pero a su evolución.
De ese empate a uno se pasó rápidamente a la remontada del 3-1 definitivo con un Real Madrid clasificado para las semifinales de la Copa del Rey con autoridad. Los goles de los tres de arriba fueron suficientes para conseguir el objetivo logrado.
Ancelotti mejoró y manejó a su equipo como un auténtico director de orquesta. Aunque no lo hizo solo. A su lado, se encomendaron numerosos leyendas blancas como la de Sergio Ramos, que estamos convencidos que no se perdió el encuentro.
La épica de Ancelotti en las remontadas
Uno de los jugadores con más recorrido madridista dentro del club, no se ha olvidado de la que fue su casa y siempre que puede, trata de aprovechar el máximo de tiempo posible con los suyos.
Por eso uno de aquellos derbis que tantas veces le tocó sufrir, no se lo quería perder de ninguna de las maneras. El colosal capitán también fue responsable de numerosas remontadas. Ninguna más valiosa que la que lideró con la décima en Lisboa.
A pesar de que se haya ido, no habría olvidado al técnico italiano con el que todavía le calan sus mensajes profundos. A pesar de no coincidir en esta segunda etapa en el club, Carletto ya lo supo aprovechar muy bien en sus dos primeros años como madridista.
El discurso de Ancelotti no caduca nunca
Seguro que muchas de las cosas aprendidas fueron gracias a uno u otro. El discurso y la motivación de ambos parece que no se agota, pero es que al entrenador no le faltan agallas para convencer a cualquiera.
Así decía su mensaje: “El equipo volvió a demostrar ante la máxima exigencia que sabe sufrir y competir hasta el final. El Real Madrid no se rinde #HalaMadrid”.
Ramos acabó dejando ese like, posicionándose como testigo que eso iba a cumplirse siempre. Las prestaciones del camero serán imprescindibles y a pesar que ahora ya está mayor para volver a lucir la elástica merengue todavía no ha dicho su última palabra.