El partido que vivimos ayer entre el PSG y el combinado saudí dejó numeroso espectáculo sobre el verde. Solo hace falta ver la cantidad de goles que se llegaron a anotar en cada portería. Un total de nueve para ser exactos, con un resultado final de 5-4 para los parisinos.
La puesta en escena del partido era mágica: fuegos artificiales, un cartel de estrellas y expectación para explotar el que podría ser un destino recurrente para algunos futbolistas en el futuro, solo hacía presagiar buenos momentos.
La gran fiesta del fútbol
En la fiesta de despedida de Cristiano Ronaldo y Messi hubo otros actores invitados como Mbappé y Neymar. Aunque no eran los únicos protagonistas. En el mismo duelo también compitieron jugadores de nivel como Sergio Ramos o Keylor Navas.
El primer tiempo se resolvió con un empate a dos y camino a los vestuarios ya vimos lo que podía ser una de las escenas del partido. Cristiano y Mbappé conectaron y de qué manera con varias carantoñas significativas.
El mejor estreno posible para Cristiano Ronaldo
El portugués que se estrenaba en la liga saudí, lo hacía en el mejor escenario posible y ante la dificultad de competir con una de las delanteras más brillantes del mundo, se puso el mono de trabajo y se tiró el equipo a la espalda.
En los primeros cuarenta y cinco minutos ya había anotado un doblete demostrando que es un auténtico animal competitivo. No le gusta perder y siempre tendrá ese olfato goleador tan característico.
El primero en su cuenta particular lo anotó de penalti tras chocar aparatosamente con el guardameta tico, quién fue su ex compañero en el Real Madrid. La salida de puños del arquero, le propinó un fuerte golpe en el pómulo que le dejó numerosas secuelas. Un hinchazón en su rostro evidenciaba que no iba en coña todo aquello.
Cristiano y Mbappé se respetan mucho
Algo de lo que se fue a quejar al árbitro y charlar con él para pedir algo más que la pena máxima. Por el camino se topó con el joven francés que aspira a quitarle el trono de “mejor futbolista del mundo” y estos se fundieron en unas miradas confidentes.
Ambos se respetan con una gran admiración, como todos los grandes futbolistas. Mientras Cristiano le pedía explicaciones, Mbappé se reía de esas quejas, pero la imagen que nos regalaron ambos era fantástica y apuntaba que Kylian debe ser el heredero del “7”.
Kylian le llegó a tocar la cara y a darle un cariñoso gesto y tras el partido hasta consiguieron darse un abrazo cómplice. Posiblemente se dieron algún consejo mutuo y es que para el delantero francés, el luso siempre fue un ejemplo para él. Ahora el balón está en el tejado de Kylian y nunca mejor dicho.
El futbolista también tuvo oportunidad de anotar un gol y dejar su huella en ese partido considerado histórico. Caso omiso a un Leo Messi que pasó desapercibido.