El mediocentro francés ha irrumpido en el Real Madrid y ante sí tenía la difícil tarea de hacer olvidar a Carlos Henrique Casemiro. No es que haya borrado su nombre de la historia blanca, nunca podrá hacerlo, pero si el Madrid está sufriendo en algún aspecto no pasa por su zona. En este arranque liguero y europeo antes del parón FIFA ha sido brillante y parece que tiene condiciones como para seguir sumando recursos y puliendo sus herramientas.
Pero si hubo alguien que vio esta progresión mucho antes que el resto del mundo, fue sin ninguna duda Gustavo Poyet el entrenador del Girondins de Burdeos que le hizo debutar a Aurélien en la Ligue 1. Solo estuvo 8 meses en el cargo y si en ese tiempo vio algo claro es que Tchouaméni estaba llamado a marcar una gran época en el fútbol francés y europeo. Cuatro años después de aquel día puede presumir de no haberse equivocado.
Pero al uruguayo no se le recuerda con cariño especialmente en el Real Madrid. Cuando se vestía de corto tuvo un cruce con el club merengue que muchos a pesar de todo el tiempo que ha pasado no han podido olvidar. Poyet fue quien anotó el único tanto del Chelsea en la final que disputó el Real Madrid en el verano de 1998 tras ganar la Séptima. Un partido que definía al campeón de la Supercopa de Europa y que se llevaron los ingleses.
Desde entonces Poyet ha estado ligado a la historia del club londinense llegando incluso a ocupar posteriormente el banquillo del Real Betis o el Sunderland. Pero si algo ha destacado en su carrera en los banquillos y que lo ha ligado con el Real Madrid fue la importancia que tuvo en Aurélien Tchouaméni, quien empezó a despuntar a sus órdenes.
En junio de este año la Cadena Ser le hizo una entrevista y en ella le hicieron un par de preguntas complejas. Una de ellas era sobre si Tchouaméni se equivocaba en fichar por los merengues cuando el medio del campo era una zona casi sedentaria en el Real Madrid: "¿Si Tchouaméni se puede a ver equivocado por la competencia? Te la contesto al revés. Creo que Kylian Mbappé se equivocó. Así de claro", explicó Gustavo Poyet, dejando claro que el Madrid pocas veces puede ser una mala elección.
En esa entrevista Poyet explicó sus motivos. Principalmente se basa en que las nuevas perlas del fútbol mundial quieren protagonismo inmediato, es decir, minutos y mimos, aunque no deben olvidar que llegan a equipos donde hay estrellas consagradas como era el caso del fichaje de Aurélien. Entrar a un equipo sin la presión de tener que ser el mejor desde el minuto uno puede ayudar a un progreso más cómodo para el futbolista.
Pero el traspaso de Casemiro al United lo cambió todo y los plazos se acortaron. Aún así como señaló Poyet, Tchouaméni no se equivocó y está demostrando lo que él ya vio hace algunos años. Sin duda un enemigo que se ha tornado a amigo tras poner a esta perla del fútbol francés sobre el terreno de la élite.