Cuando un hincha del Real Madrid piensa en los minutos finales es difícil que no se le venga a la memoria uno de los momentos más bonitos en la historia merengue. El gol de Sergio Ramos en la final de la Copa de Europa en Lisboa ante el Atlético de Madrid es ejemplo de que los de Ancelotti tienen una especial atracción por los muchas veces llamados minutos de la basura.
Pero en esos minutos el Real Madrid ha logrado muchos puntos, eliminatorias y hasta títulos y aunque parezca algo que brota de la fortuna, nada que ver. Es algo que muchos estudiosos y analistas se han empeñado en justificar por medios y argumentos que entren en la razón. Es difícil entender a un equipo desde el sufrimiento cuando parece que todo es cuestión de fortuna.
Los que llevan toda la vida viendo los partidos del Real Madrid sabrán mejor que nadie que los de blanco nunca se rinden y que la confianza que tienen en su juego les lleva a escribir hazañas épicas e imposibles de olvidar. Es el caso por ejemplo de lo que ocurrió en la temporada pasada frente al Paris Saint Germain, Chelsea y Manchester City, tres equipo a priori con más talento que los de blanco pero a años luz en cuanto a actitud.
Hay equipos como personas, de ahí que el mundo gira en la senda que los líderes mundiales quieren, es ahí donde se puede encontrar la explicación de que el Real Madrid crece en la adversidad, igual que Alemania lo hizo tras la segunda Guerra Mundial o Japón, por citar otro ejemplo.
Si hay algo importante en el Real Madrid es que Carlo Ancelotti ha sido capaz de imponer muchas confianza en cada uno de sus jugadores, todos se sienten importantes y todos creen que la camiseta tiene algo especial que los hacer ser más que sus rivales. Pero lejos de la realidad, ellos son los únicos culpables con su actitud de llegar a los minutos finales incluso con el marcador en contra y darle la vuelta.
Evidentemente que hay otros factores que ayudan mucho. Ejemplo de ello puede ser el partido de semifinales de Copa de Europa en el que el Real Madrid fue capaz de darle la vuelta al City. Un gol de Rodrygo a minutos del final provocó que se encendiera la mecha en Chamartín, cuando el cuarto árbitro saco la tablilla para anunciar el descuento, la gentereaccionó como si el Madrid hubiera marcado.
Y es que la comunión hace la fuerza y cuando se trata del Real Madrid y el Bernabéu esto puede generar un miedo escénico en el rival que habría que buscar su entendimiento desde la psicología y nunca desde la suerte. Este último es el argumento de mucha gente para intentar explicar aquello que no entiende. Una vez puede ser suerte, dos también, pero cuando se convierte en seña de identidad es porque el sufrimiento también hay que saber gestionarlo y el Madrid es el mejor de la historia en eso.