Si es raro que los equipos grandes vayan al mercado invernal a pescar a algún futbolista, más raro es que vayan al mismo lugar y en esos meses a por un entrenado. Fue el caso de Vanderlei Luxemburgo, un entrenador que muchos recordarán por su icónico walkie-talkie del que no podía prescindir en el banquillo. Y es que al parecer el fútbol se ve mejor desde las alturas, de ahí que un ayudante escalara hasta el gallinero del Bernabéu para informar ipso facto.
Y al principio le fue muy bien, el Real Madrid salía al campo para divertir a su público. Un plantel que por aquellos entonces, temporada 2004/2005, contaba con Ronaldo Nazario, Zinedine Zidane, Raúl González o David Beckham, por mnombrar a algunos. La época de declive de los galácticos que a pesar de que después ganaron una Liga con Capello, iban cada vez más hacia el final de una etapa.
Pero aquella temporada empezó mal desde el inicio. Se estrenaba Camacho en el banquillo blanco, aunque duró "lo que duran dos peces de hielo
en un güisqui on the rocks", diría el Sabina. Luego llegó López Caro que aguantó tres meses en el cargo hasta la llegada del carioca. Vanderlei Luxemburgo fue uno de los artífices de los malos resultados cosechados en aquella campaña.
El Real Madrid se desinfló como una pelota y el Barça acabaría llevándose aquella Liga a falta de tres jornadas para el final. También aquel equipo fue muy recordado por la cantidad de brasileños que hubo en el plantel.
Pero Luxemburgo no llegó a completar ni una temporada, llegó en navidades y se marchó en la misma fecha al año siguiente. Bueno, más que marcharse, fue destituido y con él su walkie-talkie. Pero la carrera del mister brasileño no acabó en el Santiago Bernabéu. De la capital de España volvió a Brasil para entrenar a casi todos los grande equipos del fútbol brasileño.
Santos, Palmeiras, Atlético Mineiro, Flamengo, Gremio o Fluminense son algunos de los clubes a los que dirigió y con los que ha llegado a proclamarse campeón hasta en cinco ocasiones en la liga carioca. Pero los éxitos de Luxemburgo fueron muchos. También ganó una Copa América en el año 1999 dirigiendo al combinado de su país.
Quizá el logro más importante tras este fue el conseguido con Palmeiras en la Copa Libertadores de 2020. Desde entonces ninguna corona y eso que se ha sentado en dos banquillos más, aunque sin éxito. A sus 70 años sigue siendo un apasionado del fútbol pero ahora mismo no tiene equipo donde desempeñar sus conocimientos. En el Madrid duró poco y ganó menos, sin embargo siempre será recordado entre la hinchada merengue por ir a los partidos con un walkie-talkie gigante.