El fichaje de Thomas Gravensen fue uno de los más rocambolescos y estrambóticos que hizo el Real Madrid a principios de siglo. El danés llegó al conjunto blanco en el mercado de invierno de 2005, justo cuando Florentino Pérez había sido reelegido como presidente del Real Madrid esa misma temporada. El jugador danés llegaba a una plantilla repleta de auténticas estrellas como Zidane, Ronaldo, Beckham, Roberto Carlos, Casillas, etc.
Tras la salida de Claude Makélélé en 2003, el equipo merengue echaba en falta la figura de un mediocentro defensivo que actuase de enganche entre la defensa y los delanteros. Un tipo de las características de Casemiro. Por aquella época, el Real Madrid necesitaba un jugador así, pero nadie pensaba que el fichaje fuese el de un desconocido danés que militaba en las filas del Everton por aquel entonces.
Su llegada al Santiago Bernabéu fue una auténtica sorpresa para la prensa y los aficionados. Su fichaje llenó miles de periódicos y diarios de todo el mundo. “El jugador que nos faltaba y el mejor jugador de Dinamarca”, declaraba Florentino Pérez en su presentación. No obstante, su paso por la casa blanca fue efímero, pues solo duraría esos seis meses de competición en los que no consiguió levantar ningún título.
El nacimiento de la ‘Gravesinha’, un regate para la historia del fútbol
A pesar de que su etapa en el Real Madrid duró bastante poco, Gravensen dejó para el recuerdo de los aficionados uno de los regates más cómicos, extraños y locos de la historia del fútbol. Seguro que muchísimos madridistas recuerdan a Gravensen por ser el creador de la ‘Gravesinha’.
El 15 de enero de 2006, el Santiago Bernabéu fue testigo de una de las mejores actuaciones de Zidane como jugador del Real Madrid. El jugador francés conseguía su primer y único hat-trick como futbolista merengue frente al Sevilla (el conjunto blanco ganó 4-2) en una auténtica exhibición de fútbol por parte del '5' madridista, . Pero el espectáculo no quedó solo ahí. Aquel día, Gravesen quiso sumarse a la fiesta y contagiado por el 'show' de su compañero, realizó la inesperada 'Gravesinha', un regate donde puso en serio peligro la funcionalidad de su rodilla.
El jugador danés se disponía para encarar a su rival, y en lo que todo hacía indicar un torpe tropiezo, se convertiría en un regate haciendo rebotar su rodilla contra el suelo. Un regate donde muchos habrían sufrido una grave lesión de rótula o ligamentos, el bueno de Gravesen sólo sufrió un pequeño rasguño. Gracias al programa de "El día después", todos los aficionados al fútbol español pudieron disfrutar de semejante maravilla, que quedará para siempre en el recuerdo de todos los hinchas.