El Real Madrid cuenta con 35 Ligas en su palmarés y en 24 ocasiones, ha sido subcampeón. Una posición que no logra estar muy acostumbrado, porque la historia nos dice que su instinto es ser el mejor en todo lo que hace.
Pero a veces cualquier historia también cuenta con sus páginas más oscuras. Pero si de algo puede presumir es que siempre ha sabido reaccionar, levantarse y tirar hacia adelante todo lo que se propone.
Tenerife tierra hostil para el madridismo
Tenerife es uno de esos lugares hostiles que conforman todo un aprendizaje, además por partida doble. Si viajamos en el tiempo hasta la temporada 1991/92 y su consecutiva, entenderemos el motivo de estas líneas y el verdugo que causó tantos estragos en los corazones madridistas.
Un héroe sin capa, fuera de guion y de los más impredecibles como Óscar Dertycia se convirtió en un referente para los aficionados isleños. De haber sido campeón el conjunto blanco, su palmarés habría aumentado por dos y tendría 37.
Pero Tenerife está marcado como un territorio hostil. Tras aquello no se recuerda otro gran desastre de aquellas magnitudes: el Real Madrid había sido derrotado en dos ocasiones por el mismo conjunto, aunque eran dos equipos completamente diferentes.
Dertycia el villano del Real Madrid
El de la segunda velada, los tinerfeños estaban dirigidos por un ex madridista como Jorge Valdano, quién les consiguió colocar en su mejor clasificación para la Copa de Europa.
En ese once convivía ese argentino con hambre por hacer historia. Procedente del Cádiz, con pasado en el Calcio italiano como en equipos como la Fiorentina, supo entender el guion de ese partido.
Sin ir más lejos, fue el encargado de abrir la lata en ese partido a los 10 minutos de arrancar el encuentro, con un calor sofocante a 30º de temperatura. En los primeros acercamientos por banda derecha del rival con un balón colgado desde la banda derecha, Chendo no logró despejar con contundencia lo que provocó la recuperación por parte del atacante Castillo que, de cabeza, asistía al delantero de Córdoba que sin que botara el suelo, metía el balón al fondo de las mallas. Esa fue la historia de aquel gol antológico. Ponía al Real Madrid contra las cuerdas y en boca de todos el nombre de ese gran delantero desconocido. Lo que podría haber sido un jugador de renombre con una proyección histórica, no tuvo mucho más recorrido destacado.
El delantero fue una estrella fugaz
Tras aquella temporada, más allá de seguir como un héroe para su hinchada, se mudó al Albacete a las órdenes de Benito Floro, precisamente a las órdenes del ex entrenador blanco, al que había derrotado en dos ocasiones justo las dos temporadas anteriores.
Pero en el equipo blanquinegro tan solo aguantó una campaña. Aquel jugador al que habían apodado como Mr. Proper, por su similitud con el personaje que anunciaba productos, se marchó rumbo a Argentina, su país natal.
Ahí pasó por varios clubes, pero ya otro nivel muy alejado del rendimiento que se jugaba en la Liga. Después como muchos otros grandes jugadores, colgó las botas para pasarse a las tareas de entrenador y analista deportivo.
Aquel delantero que hizo la vida imposible al Real Madrid, pasó sin pena ni gloria por el fútbol. Un destello de luz que se convirtió en el villano más peligroso durante dos temporadas, quizá las peores que se recuerdan del club blanco.