Ser un auténtico madridista no te augura la felicidad eterna. A veces se sufre, se pasa mal, se grita y se acaba desfogando con la euforia de la victoria. Pero así es el Real Madrid un equipo incomprensiblemente inexplicable que lo ha ganado absolutamente todo.
Aunque hay algunos jugadores de la primera plantilla que son tan jóvenes que no han vivido toda su historia, pero ya forman parte de ella ya que la han escrito ellos mismos. Es el caso de Rodrygo quién a sus 21 años ya cuenta con una Champions, dos Ligas y dos Supercopas.
Un recuerdo imborrable
La competición europea es su especialidad y tiene un fetiche con dicha competición. Ya cuando era un niño y vivía todavía en Brasil, celebró el gol de la Décima como nunca. Aquella ocasión también con Ancelotti en el banquillo, Ramos se alzó para anotar su gol y que finalmente aquel partido terminara 4-1 ante el Atlético.
Aquello fue lo más épico de todo. Esa celebración, fue memorable. El equipo había vuelto a conseguir alzarse con la orejona tras muchos años de sequía. Desde entonces, en esta competición se ha ido rodado. Han conseguido 3 más hasta el momento, desmontando una y otra vez a cada equipo.
Rodrygo, que la Décima tuvo que conformarse viéndola desde Brasil como un mero aficionado, cuando todavía no había firmado de blanco, vibró como nunca aquella noche. Dice su entorno que hasta su madre vio corriendo a la estancia dónde veía la final para resolver lo sucedido.
Pero no había nada que arreglar. El madridismo había sido campeón una vez más y allí empezaría un idilio mágico. En la edición de este año, ha sido imprescindible para alzarse con el trofeo.
Sensacional relación con la Champions
Suyo fue el gol en cuartos ante el Chelsea, para iniciar la remontada con ese pase magistral de Modric y los dos goles ante el City también fueron obra suya. Ancelotti le supo encontrar hueco en la plantilla y colocarle en el once como revulsivo. Ya en la final no le hizo falta, pero sino los merengues hubieran recurrido de nuevo a él.
Unas eliminatorias que no se olvidarán nunca y que siempre permanecerán en el recuerdo de las grandes noches. El atacante, ya puede presumir que su paso por el club ha merecido la pena.
Es el futuro de este equipo. A sus 21 años ha derrumbado la puerta de la titularidad con un rendimiento espectacular. Ha pasado por encima de jugadores como Bale o Asensio y Carletto le ha dado su premio.
De admirar que jugadores como él cumplan este sueño de hacer historia tan joven. El futuro es suyo y solo acaba de empezar a comérselo.