El mediocampo blanco es uno de los mejores en su plenitud desde hace ya muchos años. Lejos queda aquel periodo de transición en búsqueda del mediocentro total.
La llegada de perfiles como Mourinho, sentó las bases de lo que es el fútbol actual. La incorporación de músculo en el centro del campo, aportaba más garra y consistencia.
La grandeza del mediocampo blanco
Jugadores como Xabi Alonso, significaron la primera piedra del proyecto angular. El tolosarra se sabía mover a la perfección, olía los pases mejor que nadie y trazaba huecos inimaginables.
El futbolista también le ayudó la llegada del croata, Luka Modric. El actual jefe de la medular era un crío al lado del vasco, pero mutuamente crecieron de forma exponencial. Ambos a día de hoy se siguen admirando y respetando a pesar que uno ya está retirado.
La admiración mutua
Para el español, el balcánico sigue siendo uno de sus mejores compañeros y futbolistas que ha visto sobre un terreno de juego. En el caso del “10”, Xabi fue una persona clave en su adaptación.
Modric jugaba más adelantado a su llegada y era su compañero el que le cubría las espaldas. Jugaban prácticamente de memoria y sonaba música cuando tocaban el balón. Era un espectáculo verles jugar.