El padre de Cristiano está presente en uno de los mejores recuerdos de su infancia

La infancia de Cristiano fue muy entrañable con el apoyo de su familia

Eulogio Ribero
28 de Abril de 2022
Cristiano Ronaldo cuando era un niño

La figura paternal es muy importante en el crecimiento de cualquier niño. Más en la vida de Cristiano Ronaldo. El astro portugués se veía respaldado y mucho, en sus primeros años que jugó a fútbol.

Su padre siempre le apoyaba y le acompañaba a cualquier partido. Hablaba a todo el mundo maravillas de su hijo. Celebraba sus goles de una forma heroica. Estaba muy orgulloso de lo que estaba consiguiendo el pequeño de Madeira.

Para el jugador, esa confianza puesta en él le armaba de valor y seguridad en cada partido que disputaba. Un sentimiento de emoción, a partes iguales. Cristiano estaba muy feliz, lo tenía todo para triunfar. Era un niño que disfrutaba con lo que estaba haciendo.

Un pasado futbolístico en la familia 
 

El padre de Cristiano era el utillero del equipo de su ciudad, el CF Andorinha. En innumerables ocasiones le recomendó que se uniera a aquel equipo. Podría jugar en el filial y empezar a medirse a rivales más fuertes.

Se sentía respetado y cuidado por su familia. Algo vital para el crecimiento personal del jugador. Sus registros goleadores eran increíbles. Una forma de superarse a sí mismo cada vez que calzaba las botas.

Cristiano Ronaldo logró una hazaña histórica

Desde chico ya marcaba la diferencia en el terreno de juego, con un físico notorio se deshacía muy rápido de sus rivales y eso para el padre, era muy importante.

El nivel de juego que ofrecía el exmadridista, provocó que el ambiente del fútbol en casa creciera. La ambición por querer ganar, probar cosas nuevas las aprendió con su referente. La emoción era tal, que hasta contagiaron a su madre y su hermana para ir a verlo jugar.

Su familia un apoyo incondicional 
 

La leyenda blanca no necesitaba ánimos o aplausos. Que toda su familia estuviera bien unida con su pasión por el fútbol, había provocado en él una sonrisa infinita.

El luso confesaba que quizá tener que abandonar su casa para unirse a la Academia del Sporting de Lisboa, fue de lo más complicado que tuvo que hacer. Sufrió y mucho. Echaba muy en falta a los suyos a todas horas. Tan solo tenía 11 años y muchos sueños por cumplir.

Todos lo pasaron muy mal, pero ya se conoce el dicho: para lucir hay que sufrir. El empeño de la familia, porque su hijo triunfara era mayúsculo. A pesar de la distancia que les separaba, Cristiano quedó en deuda con ellos y por ello se convirtió en el futbolista que es hoy en día.

De solo imaginar que ahora su pequeño, pueda liderar el fútbol en tres o cuatro años es una sensación que ni se imagina. La pasión por este deporte sigue en la familia. ¿Tendremos una nueva estrella dentro de poco?  

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