Casemiro llega a la entidad blanca en el mercado invernal de la temporada 2012/13. Pagaron por él cerca de los 5,3 millones al Sao Paulo. Su papel es para reforzar al Castilla, pero pronto empieza a demostrar su calidad.
Motivo que con el tiempo, va intercalando los entrenamientos con el primer equipo. En aquel primer año logra disputar su debut en el primer equipo y lo hace ante el Betis, el 20 de abril de 2013. Juega los noventa minutos como pivote y su rendimiento fue bastante notable.
Su calidad sorprende a Ancelotti
Al año siguiente empieza la pretemporada con Carlo Ancelotti. Sus cualidades técnicas sorprenden al italiano. Con atrevimiento y llegada en ataque y su contundencia y sentido táctico en defensa, se interponen en los planes de Ancelotti, para contar con él como una opción real para el mediocentro del primer equipo.
En esa temporada logra disputar 25 encuentros. Doce en la competición doméstica, siete en Copa del Rey y seis en Champions. Será en esta competición, la europea, dónde se abale su magnífica progresión. Es la misma temporada en la que el Real Madrid gana la décima.
La Champions: el máster de Casemiro
El recorrido particular de Casemiro en esta competición es bastante notable. Su andadura empieza en los dos últimos partidos de la fase de grupos, y en las eliminatorias posteriores únicamente se pierde tres encuentros: la ida de octavos y semifinales y la final contra el Atlético. Es uno de los descartes en Lisboa, mal le pese a Ancelotti.
Ancelotti le coloca en el doble pivote. Solo juega un partido como titular ante el Galatasaray, pero su influencia en el juego es notoria. Siempre a la vera de Xabi Alonso o Illaramendi. Es el recambio natural del tolosarra.
Su partido estrella es en la vuelta de cuartos de final, con un partido frenético. El rival el Dortmund, jugando en Alemania. El resultado del Real Madrid es favorable en la eliminatoria. En el Bernabéu cosecharon un 3-0 a favor, en el que Casemiro participó en la recta final del encuentro.
Un partido para recordar
En el Signal Induna Park, el Borussia trata de darle la vuelta al marcador, con un 2-0 favorable. Casemiro entra por Di María, a falta de 17 minutos con la marea amarilla volcada en busca de la remontada.
La incorporación al juego es titánica. Logra desactivar las amenazas locales y el partido termina sin la épica germana. Gracias en parte al papel del brasileño. El futbolista con un papel destructor, anula al rival. A los diez minutos se gana una amarilla, demostrando que es jugador que no se arruga. No le teme a nada.
Es capaz de ponerle la pausa que necesita el partido. Ancelotti acierta con la tecla y Casemiro se convierte en uno de los héroes del partido. El Real Madrid pasa de ronda y la décima estaba más cerca.
Fundamental en el esquema blanco. Desde aquel día cambió la percepción que todo el mundo tenía de él. La siguiente temporada le sirvió para salir cedido al Oporto con Lopetegui, exentrenador blanco, y doctorarse en el mediocampo. Su función en Portugal es clave para reclamar su vuelta un año después. Desde entonces se ha consolidado en un centro del campo histórico.