“Un gol soberbio”, “pata negra del fútbol español”, “gol de sombrero de Raúl”, con estas tres descripciones tan sonadas y sentidas, son las que Paco García Caridad utilizó tal día como hoy hace 24 años, para la narración del gol del Aguanís de Raúl. Era entonces narrador de Antena 3 y su locución posiblemente todavía la recuerde mucha gente.
No era para menos, porque aquel gol rompería numerosos maleficios. Si analizamos su intra historia, es de las más curiosas que existen. Aquel pase que se inventó Seedorf desde el medio del campo, ya era medio trabajo hecho, pero luego había que materializarlo.
La "cocina" de aquel gol perfecto
El holandés intuyó el desmarque del “7” y le envió el balón con una precisión milimétrica, mientras que el estadio entero contuvo la respiración durante unos instantes.
Pero si con el pase del holandés no habíamos tenido suficiente, lo que vendría de Raúl, sería sobresaliente. Lo primero un control de maestro, de ahí la descripción de García Caridad, que quedó perplejo con aquella obra de arte.
Aquel control solo estaba al alcance de los grandes jugadores. La forma con la que templa el esférico que le cae como una pluma es abismal. Ese toque de empeine y giro de tobillo que solo hace que empezar lo primeros preliminares.
Raúl estaba hecho de otra pasta
Lo siguiente que veremos, será una auténtica demostración de cómo zafarse de dos rivales a la vez. Si el primero, como decía el actual tertuliano de “El Chiringuito”, era previsible pero igual de espectacular, el segundo no se puede catalogar de lo mágico que parece.
Vitor, exjugador merengue, y Odwan, los defensores que quedaron retratados, salieron al cruce e intentaron frenarle, pero el héroe madridista se la tenía jurada. Minuto 83 de encuentro, a siete para el final y con dos acciones: primero siento a uno y al otro casi le rompe la cintura con el quiebro.
Sorteados los centrales, solo queda el guardameta. Lo hace fácil, de forma “soberbia”, como decía Paco. Balón raso, por el piso que entra ajustado al palo del portero. Entonces Raúl entró en la historia blanca.
Aquel tanto, despertó el niño que llevaba dentro. No era la primera vez que se lo habían visto hacer. Sus padres, días después, aseguraron que ese gol de pícaro ya lo hacía cuando solo eran un crío.
El recuerdo que perdurará siempre en el tiempo
Una auténtica barbaridad y de ahí que se le conozca como “el aguanís”. ¿Volveremos a ver una cosa igual en un terreno de juego? Paco García Caridad no se equivocaba con Amancio como testigo.
Aquella diana, significó el de la victoria ante el Vasco Da Gama por 2-1. Un triunfo inolvidable. Una diana que hizo historia en el equioo blanco con la consecución de un título, la Copa Intercontinental que hacía casi 38 años que no levantaban una. En su trayectoria, han conseguido solo tres, demostrando que es un título realmente complicado de ganar.
Después aquel trofeo pasaría a convertirse en el Mundial de Clubes ya conocido por todos. En aquella competición solo se accedía a ella de la misma forma: si habías conquistado la Champions anteriormente. La de aquella edición fue la séptima, una de las más recordadas sin duda.