El fichaje de Antonio Rüdiger por el Real Madrid ha sido un golpe de efecto de Florentino Pérez en el mercado, quien ha conseguido traer a uno de los mejores centrales del mundo totalmente gratis tras finalizar su contrato con el Chelsea. Sumado al de Aurélien Tchouameni, el club blanco ha conseguido reforzar la defensa y el centro del campo de manera brillante con estas dos importantes incorporaciones.
El padre de Rüdiger, Matthias Rüdiger, es afroalemán, mientras que su madre Lily es originaria de Sierra Leona, pero él nació en Berlín cuando sus padres tuvieron que emigrar a Alemania debido a la Guerra Civil que sufrió el país africano.
La anécdota que cuenta sobre Sierra Leona
Una vez Rüdiger fue preguntado por cómo es capaz de soportar la presión que vive constantemente un futbolista de élite como él. El alemán, para responder, rememoró una anécdota que le ocurrió, precisamente, en Sierra Leona. “Cada vez que siento la más mínima presión cuando me calzo las botas antes de un partido de fútbol, pienso en un recuerdo en concreto, que hace que me encuentre en paz”.
“La primera vez que volví a Sierra Leona con mis padres después de la guerra civil, íbamos en un taxi desde el aeropuerto y nos quedamos atrapados en el tráfico. Estábamos sentados, sin movernos, y yo miraba por la ventana toda la pobreza y el hambre. Todos esos hombres y mujeres vendían fruta, agua, ropa y otras cosas al lado de la carretera a la gente que venía del aeropuerto”, contaba Rüdiger.
“Y en ese momento entendí por qué mis padres nunca llamaban a nuestro barrio en Berlín ‘el gueto’. Siempre decían que era el cielo en la tierra. Y no fue hasta que fui a Sierra Leona cuando finalmente entendí su perspectiva, porque un tipo se acercó a nuestro coche vendiendo pan, y parecía realmente desesperado. Le dijimos: ‘No, no. Estamos bien’. Entonces se acercó a nuestro coche otro tipo que vendía pan, y trató de vendérnoslo con más ahínco aún. Hablaba de lo fresco que era. "No, no. Gracias".
"Entonces un tercer tipo se acercó a nuestro coche vendiendo pan, y estaba realmente presionando. Hablaba de que era el mejor pan de la ciudad, y que por favor, por favor, le compráramos el pan a él. Pienso en este recuerdo cuando empiezo a sentir alguna presión del fútbol. Porque la verdad es que los tres tipos vendían exactamente el mismo pan, de la misma panadería, a los mismos coches. Una de esas familias tendría un plato de comida en la mesa. Las otras dos, tal vez no. Eso es presión. Eso es la vida real", concluía el defensa teutón.