El Real Madrid es un equipo repleto de artistas. Un equipo que aúna mucha historia entre sus jugadores. Lamentablemente no llegan todos a debutar en el primer equipo, pero sí que es cierto que muchos de ellos retoman a tiempo sus carreras. Véase la trayectoria que han tenido Julio Iglesias o Álvaro Benito, nada más colgar las botas.
Ambos se fueron con la música a otra parte. Pero no fue el único músico que tuvo un pasado madridista. No nos olvidemos de Quique González, otro referente de la música de nuestro país.
Tres estilos musicales diferentes, en tres generaciones alejadas la una de la otra. Su fútbol seguro que hubiera sido muy distinto, como el que practicaba Mourinho, Zidane o Ancelotti.
Aun así, todos ellos, han defendido la institución blanca a toda costa. Motivo suficiente como para ser el himno de una generación. El madrileño, Quique, quizá es el que tuvo menos suerte de los tres, pero nadie duda de su madridismo.
Un verdadero sueño triunfar como blanco
La ilusión por permanecer a una institución tan grande, repercute mucho vértigo en la cabeza de cualquier chaval que sueña con triunfar de blanco. Los nervios pueden jugarte una mala pasada, algo que siempre ha achacado el cantante.
En muchas entrevistas, cuenta que él venía del fútbol sala. Un fútbol que se podía jugar en la calle, dónde todos lo hacían y cada niño se divertía jugando. La oportunidad de su vida, fue cuando sus padres le apuntaron a las pruebas para entrar en la cantera.
A Quique siempre le había gustado jugar arriba, pero su estatura, hizo que en las pruebas le colocaran en el lateral diestro. Una posición que no acabó de convencerle. Aunque si debía jugar en el club de Chamartín, lo hubiera hecho en cualquier posición.
La posibilidad de triunfar de blanco, se quedó en el camino. La ilusión se le esfumó, esperando una notificación que nunca acabó por llegar. Pero él siempre ha seguido al equipo de su corazón, al conjunto que le había dado la oportunidad de triunfar.
Agradecido para siempre
En este sentido, él ya estaba satisfecho con el resultado. Poder llegar hasta dónde había llegado, le convertían en un niño muy feliz. Un sueño que le hubiera gustado hacerlo más grande, pero siempre se quedará con el recuerdo de haberlo intentado.
Pero la música le preparaba otra sorpresa. Su vida estaba predestinada a triunfar en todo lo que tocara. Probó con el género del pop, algo que sí que le sentó de maravilla. Numerosos discos, conciertos y años después sigue triunfando en este aspecto.
En el vestuario del Bernabéu también se vive mucha música. Una auténtica banda, para sacar los partidos adelante. Nadie se arruga al saltar sobre el verde. Son un equipo muy temido por todos. Nadie es capaz de hacerles frente. Que la música siga sonando durante mucho tiempo.
Estamos convencidos que el Real Madrid formaría parte de su banda sonora de su vida. Ser del Real Madrid es un sentimiento, que nadie sería capaz de resumir. Aunque la vida de Quique, es el sueño de cualquier hombre: ser jugador del Real Madrid, ser músico, le catapultaron en un ídolo de masas.