Hay jugadas en el fútbol que no se olvidan, que nos las aprendemos de memoria como si fuéramos la pizarra de un entrenador.
Si eso lo trasladamos al papel, sobre el verde, nos daremos cuenta que es cierto: la volea de Zidane en la novena, cuando Raúl mandó callar al Camp Nou, el gol de Ramos en la Décima o la chilena de Bale en la treceava…El Real Madrid no deja de coleccionar momentos icónicos en su historia.
Pero si miramos más atrás, hacia la porrería, un portero como Iker Casillas también ha hecho paradas de todo tipo con mucho mérito. Porque tanto importa los goles que anote tu equipo, como evitarlos para que no te los encajen a tu equipo.
Iker Casillas, un portero excepcional
El de Móstoles es un portero de garantías. Uno de los guardametas con más minutos en el equipo y en la Selección. Capitán en ambos conjuntos, su participación siempre ha sido de talismán.
Lo recordaba hasta sus propios rivales como Xavi Hernández, el actual técnico del Barça, y al que tantas veces se midió al guardameta. Ambos también fueron compañeros en la selección y grandes amigos, donde los haya.
En el documental de “Colgando las Alas” sobre el problema cardíaco de Iker Casillas, el exfutbolista sale recordando su participación en el Mundial que ganó España.
La cita inolvidable para todos los amantes del fútbol. Sudáfrica, Johannesburgo: 11 de Julio de 2010. Se paró el mundo aquel día. Era la primera que la selección se plantaba en una final de esas características y vaya forma de hacerlo.
Con todos los partidos ganados por 1-0, a excepción de una derrota y la victoria por 2-1 ante Chile y Honduras. Partido a partido se fueron superando numerosos retos.
El auténtico recital de España: Iker Casillas
Los rivales eran cada vez más rocosos. Pero la habilidad de Iker, al que encomendamos más de una vez hasta elevarlo a la categoría de santo, nos sacó de muchos apuros. El portero madridista fue una pieza clave tan importante como todos los jugadores de campo.
En Cataluña, la prensa deportiva citó una y otra vez que el Barcelona había sido el artífice de aquel mundial. Es cierto que había más jugadores que pertenecían al club, pero todos sabemos el particular criterio que tiene la federación con el Real Madrid. Sino hubiera sido por Iker, quizá otro gallo cantaría.
Los puños ante Portugal, el penalti de Cardozo ante Paraguay, los balones aéreos de Alemania en semifinales o las dos de Robben en la gran final. Xavi ya lo había asumido: Casillas lo cambió todo. Fue la clave diferencial del equipo. Lo sacó absolutamente todo y desquició a los tulipanes de todas las formas posibles.
Con las manos, los puños, las piernas, las rodillas, el torso…todo. No hubo forma de perforar la meta de guardameta del Real Madrid. No le marcaron ningún gol más allá de los dos de fase de grupos. Un mérito absoluto y excepcional el de conseguir la portería vacía en la fase eliminatoria de un torneo de esas características.