El calor de Brasil, el quinto país más grande del mundo, pero el más grande de toda Sudamérica ha traído muchas alegrías al madridismo. Numerosos jugadores cariocas han pasado por la entidad blanca, triunfando como grandes estrellas.
Las cualidades de un fútbol vistoso, atrevido y en ocasiones desafiante con los rivales, ha maravillado al mundo entero. La llegada de Vinicius al Real Madrid es uno de los últimos casos de éxito. Los ojeadores de la entidad blanca, han hecho muy buen trabajo durante todo este tiempo, y los frutos se demuestran con lo que es capaz de hacer este futbolista.
A Vinicius Jr nunca le han regalado nada
El hombre de la sonrisa infinita, un atacante explosivo, con mucha velocidad y desborde, le abalan como uno de los mejores del momento. La temporada actual, la de su explosión, se ha consolidado como el abanderado del equipo. El madridismo puede estar tranquilo, que contará con Vinicius durante mucho tiempo.
Aunque como todo lo bueno, se hace esperar. La infancia del brasileño no fue para nada sencilla. Creció en Sao Gonçalo, la segunda ciudad más grande de Rio de Janeiro. Aunque es el municipio con peor renta por cápita de todo el estado. Un lugar dónde reina la violencia y la pobreza.
Cuando Vinicius nació, su padre estaba desempleado y su abuelo en paro. Nadie podía hacerse cargo de él, ya que las circunstancias en las que vivía, eran bastante precarias. Pero en Brasil, uno rápido aprende a jugar al fútbol. El deporte por excelencia en las calles.
Los primeros pasos de Vinicius
Los primeros pasos del atacante del Real Madrid, fueron en la calle. Golpeando el balón contra la pared, aprendió a dominarlo con bastante control, para tener la edad que tenía: un niño pequeño.
Poseía unas cualidades técnicas por encima de su edad. Con el equipo de su escuela, subió de categoría para que compitiera con compañeros dos años mayores que él. Allí descubrieron que también destacaba.
Su familia no tenía dinero para pagar la escuela, aunque los propietarios del equipo, le dejaban entrenar durante mucho tiempo sin que tuviera que pagar. Todo el mundo tenía grandes esperanzas puestas en él. Su familia le quería sacar de todos los males de las favelas de Río.
Por este motivo, su padre se iba a trabajar a Río de Janeiro durante todos los días para poder pagar sus entrenamientos. Lo hacía, además, a escondidas. Nadie quería preocupar a la estrella madridista y le decía que tenía el día libre. Apostaron todo con Vinicius, querían que su hijo jugara tranquilo al fútbol sin mantener la cabeza ocupada.
El fútbol siempre le ha sonreído
Pero como en la vida, el fútbol recoge lo que le das. El trabajo, esfuerzo y dedicación del brasileño, le llevaron a mudarse a Río de Janeiro, para jugar en las filas del Flamengo. El equipo brasileño le daría la oportunidad, para que ese jovencísimo jugador demostrara lo que era capaz de hacer.
Su vocación por este deporte, le llevó a debutar en Maracaná con el estado repleto de gente coreando su nombre. Una sensación única: tanto para él como para su familia. 16 años tenía el futbolista del Real Madrid. Ahora tiene 21 y sigue triunfando en el fútbol.
Debutar en un estadio histórico, dónde se han jugado mundiales, se han levantado copas del mundo y han jugado los mejores equipos, fue el debut soñado para él. Vinicius siempre les estaba muy agradecido a sus padres. Siempre les prometió que cuando tuviera dinero, les compraría un hogar mejor.
La llegada del Real Madrid a su vida
Con el tiempo, vendría otra oportunidad irrechazable. Los grandes equipos europeos, le habían echado el ojo. Pero él siempre lo tuvo claro, el conjunto de Chamartín era su equipo dónde desplegar su fútbol y poder triunfar. Lo tuvo muy claro desde el principio.
Aunque no lo tuvo fácil desde el principio, su llegada al fútbol español fue atronadora. Los rivales se mofaban de su poco acierto, y le achaban que no acababa de rendir según lo esperado. Pero el tiempo le dio la razón. La continuidad que le ha ha dado Ancelotti le ha servido para tapar bocas a diestro y siniestro. Ya nadie pone en duda su calidad.
Ahora vemos al carioca más feliz que nunca. La gente le quiere y él se siente muy cómodo en el Bernabéu. Su jardín dónde explotar todas sus facetas técnicas y tácticas. Ya se codea con los mejores y actualmente es el tercer jugador mejor valorado del momento.
Un orgullo de futbolista que ha ido derrumbando todos los retos y puertas que se le han puesto por delante. Este jugador no tiene techo. Ahora vive de una forma más acomodada, pero no se olvida de dónde viene. Sus orígenes, le marcarán para siempre y eso le representa como un jugador humilde y agradecido con todo lo que le den.
Ha nacido una estrella. Aquel chico de Sao Gonçalo que daba pelotazos a la pared, ahora puede seguir marcando goles en los mejores estadios del mundo. Una historia de superación prematura que ha sabido gestionar muy bien con todos los lujos y condecoraciones. Lleva cuatro años como madridista y nadie duda de su calidad. Hay Vinicius para rato.