Los nervios pueden jugar una mala pasada. Eso es lo que le ocurrió a Eder Militao el día de su presentación. El central brasileño fue la primera petición de Zinedine Zidane en su segunda etapa como entrenador blanco.
El fichaje costó entorno a los 50 millones y el brasileño llegó como el gran deseado para renovar la zaga blanca. Una virtud que ha conseguido manejar a las mil maravillas.
Su compromiso con el grupo, la contundencia y la salida de balón que posee el portentoso zaguero, le han convertido en uno de los imprescindibles en el once. Forma parte de la columna vertebral de este equipo.
Pero si hay algo que seguro que le hubiera sentado mejor, fue el día de su presentación como madridista. En estas fechas tan señaladas, toda la atención recae en el futbolista. Es la estrella y protagonista del día. Una cobertura mediática desde que llega hasta que firma.
Una presentación con suspense
Normalmente el fichaje ya es perseguido desde su llegada al aeropuerto y preguntado por numerosos medios. Entre la multitud de flashes, el jugador trata de salir al paso de todas las declaraciones como bien puede.
Tras la llegada a Chamartín, el siguiente paso es el reconocimiento médico, para luego acabar estampando la firma, la presentación sobre el verde y la posterior rueda de prensa. Toda una mañana intensa.
Lo menos esperado y deseado por todos, es lo que le ocurrió a Militao. En la parte final de su presentación, sentado ante los medios, al jugador le fue imposible continuar el acto de preguntas, por sentirse indispuesto.
¿Qué le ocurrió verdaderamente al central?
Si recordamos ese fragmento, veremos como el defensa vestido de traje y corbata en pleno verano, empezó a notar fuerte mareos con los que no pudo ni captar las preguntas de la prensa.
Acalorado con las altas temperaturas en Madrid, no consiguió terminar de responder a las preguntas. Lo sucedido ocurrió en el tramo final de la presentación a una pregunta por acabar. Vemos como se queda bastante afectado y su voz agoniza.
Tras tratar de deshacerse el nudo de la corbata, coger aire o beber agua, le fue imposible continuar. Un mal momento el que pasó el madridista. Junto a Álvaro Arbeloa en la misma mesa, tuvieron que dar por finalizada esa rueda de prensa. Una despedida de uno de sus días más importantes, algo agridulce para su recuerdo.
El estado de Militao no invitaba a forzarle demasiado, más en el día de su puesta en escena. Arriesgado que pudiera continuar esa rueda de prensa.
El Real Madrid el equipo más grande del mundo
Tan solo tenía 21 años y hablando poco español, parecía un completo desconocido que acabara de aterrizar en un club de estas características. Seguro que pidió consejo a sus compañeros.
Jugar en el Real Madrid, te hace subir la temperatura, y sino que se lo digan a Eder. Los futbolistas suelen ser reservados y a pesar de que la afición les tenga en un pedestal, la fama es complicada de gestionar, en ocasiones. Los jugadores del Real Madrid son tratados como estrellas de rock y es complicado gestionar tantos nervios en un solo día.
Lo difícil del reto es asumir esa presión y jugar en uno de los clubes más grandes del mundo. El equipo más laureado debe contar con los mejores en su posición, y tras ese revés de Militao, el brasileño pudo remontar el vuelo y entender en qué club estaba jugando. Tres temporadas después, es inamovible. Un mal día lo tiene cualquiera.