No hay mejor orgullo que el que siente un padre por su hijo o viceversa. La felicidad, la responsabilidad, o el reconocimiento que le tiene a esta figura es abismal. No hay cosa más bonita y si tu hijo juega en el Real Madrid, la admiración es absoluta mires por dónde lo mires.
Así lo ve Eric Goes, el progenitor de Rodrygo. Su hijo ha dado un paso de gigante en su carrera como futbolista y ha conseguido enamorar a miles de corazones madridistas. Parece que la tasa de natalidad crecerá de aquí a nueve meses, tras aquella noche ante el City, que les regaló el brasileño a la afición madridista.
Rodrygo es toda una institución madridista
Pero no solo por esta, sino por todas las que se han ido dando. El gol ante el Chelsea fue otro gran guiño, su papel con Ancelotti…todo suma. No hay quién le parece. En el Real Madrid ha nacido una estrella y todos lo saben. Si por banda izquierda ya estaba instaurado su compatriota, por la derecha lo hará, de ahora en adelante, Rodrygo.
Para muchos seguramente, no hace falta ni salir al mercado a por un refuerzo. Ya hay uno en casa y merece la pena apostar por él. Le quitó el sitio a Asensio y este hasta se está planteando su salida del miedo que le da quedarse sin jugar.
El joven, salido del Santos, le comparaban el otro día con Pelé. Una auténtica maravilla que le den esos honores. Pero si hay alguien que no para de reconocerle elogios, ese es su auténtico padre.
Más que un padre para Rodrygo
Una figura muy importante para él, y que se mueve muy cerca del círculo de los demás jugadores. En Planeta Real Madrid lo hemos contado en alguna ocasión, de la buena relación que tiene con Luka Modric, por ejemplo.
Ahora mismo los Goes siguen de vacaciones y como ya es tradición el brasileño se vuelve a su tierra para arraigar raíces y recuperar sinergias con su gente. Saben que es una oportunidad estupenda para estar con él y por ello ya nadie se separa cuando viene.
En Osasco, dónde nació, ha nacido un auténtico genio. La gente le para por la calle, le piden fotos, autógrafos y lo más sorprendente de todo es la naturalidad y generosidad con la que responde a todo. Su afecto por la gente que le quiere es sensacional y su padre, además de enseñarle, se lo ha reconocido seguramente muchas veces.
Esta última por redes. Decía de él que es luz inspiradora para cualquiera que quiera dar ejemplo. Cuando uno planta tiene que recoger sus frutos y si has plantado bien, toda la cosecha será buena. Rodrygo sigue siendo el mismo chaval sonriente, humilde y trabajador que ha sido siempre.
Rodrygo siempre será el buen hijo
No es más ni es menos por jugar en el equipo más grande del mundo. En sus calles siempre será el pequeño Rodrygo. Aquel habilidoso jugador que se iba de uno y de cincuenta con el balón enganchado a sus pies.
A sus 21 años acaba de renovar con el equipo hasta 2027. Tendrá por entonces 26 años y media carrera vestida de blanco. Si su trayectoria sigue así, se habrá convertido en un jugador tan determinante como otras leyendas que han pasado. Sus goles en esta edición de la Champions, la competición fetiche del carioca, son dignos de foto de museo.
Permanecerán en la retina de cualquier aficionado al fútbol: tanto los de su equipo como los contrarios con las pesadillas que pasarán. Rodrygo, como decía su padre, es inspirador, ejemplar y referente en todo lo que ha demostrado hasta ahora. Ni un pero en su comportamiento, siempre sonriendo como el que más.