Hace apenas tres días de la noticia que dejó al madridismo con el corazón encogido. A pesar de que Gonzalo Higuaín era uno de los descartes de Florentino en favor de Benzema, el delantero siempre tuvo una trayectoria impoluta como jugador blanco.
Desde confirmarse su adiós, han saltado muchas noticias y recuerdos de todo lo que hizo el atacante hasta entonces. Goles, míticas jugadas, controles, pases…en Planeta Real Madrid con la visita puesta en el fin de semana a Getafe, queremos recordar uno de estos icónicos que seguro que no pasó desapercibido por nadie. Fue en el mítico partido de Casquero que durante el transcurso del mismo ocurrieron muchas cosas.
Las grandes noches de Gonzalo Higuaín
Era la temporada 2008/09 con Juan de Ramos en el banquillo un equipo que estaba necesitado de puntos para seguir peleando por la Liga. Corría la jornada 32 y a dos partidos de disputarse el clásico en casa, el madridismo necesitaba llegar con confianza.
Pero aquella tarde no pudo empezar peor. Con el conjunto blanco siempre por detrás en el marcador, el único que tiró del carro entonces fue Gonzalo Higuaín. Sus dos goles, el otro lo anotó Guti, sirvieron para poner tierra de por medio y que los tres puntos se quedaran en el feudo merengue. Una victoria muy trabajada, en uno de los partidos más locos que se recuerdan.
Cinco goles para noventa minutos de pura tensión. Aunque la astucia del delantero fue determinante. Sobre todo, con el último que significaba la culminación de un partido pletórico. Con empate a dos en el minuto 93, la jugada que venía de jugarse en campo madridista, propició una réplica rápida.
La mítica remontada ante el Getafe
El balón en posesión de Casillas, que acababa de detenerle el mítico penalti a Casquero, lo lanzó largo. Este le cayó a Huntelaar que la tocó de cabeza para que de nuevo con la testa la prolongara Higuaín hacia adelante. Varios rechaces de la zaga azulona lo impiden, pero el ritmo del partido es frenético.
Los madridistas están en inferioridad numérica con la defensa azulona, que han plantado hasta seis hombres en su campo. El cabezazo del argentino lo repele un jugador del Getafe, pero el esférico le vuelve a caer a otro madridista como Gago, que venía como un tren a remolque. Este se la devuelve de primeras a su compatriota que se sitúa en la zona central de tres cuartos.
Con un rival delante, tiene poco tiempo para pensar. Es la última acción del partido y no le quedan muchas opciones. Con una habilidad técnica ingeniosa, logra zafarse del rival tirándose el balón varios metros por delante. Su velocidad explosiva le permite llegar antes al balón y tal y como llega le suelta un latigazo eléctrico que va cogiendo altura hasta colarse por la mismísima escuadra que defiende el portero azulón.
Se cae el estadio y la gente grita con el jolgorio de la victoria y el final del partido. Los jugadores se abrazan y montan una piña espectacular. La remontada se ha culminado de la mejor forma con el tiempo agonizando. Batacazo para el Getafe que no sabe dónde meterse. Un día difícil de olvidar. Llevaba entonces 18 goles en la competición y el delantero estaba desatado.
Veremos qué resultado sacan este fin de semana. Victoria obligada para llegar con vida al Clásico. El de aquella temporada salió mal, pero los tiempos han cambiado. El FC. Barcelona recibe al Celta. Veremos qué ocurre.
La convivencia de Higuaín en el Real Madrid
Nadie dijo que fuera sencillo aterrizar en uno de los mejores clubes del mundo y mantenerse al máximo nivel durante tantos años, pero el “Pipita” fue capaz de conseguirlo a toda costa. Un total de siete años con la elástica madridista, que fue el club dónde más tiempo prestó sus servicios.
Jugó cerca de los 264 encuentros como merengue, anotando 121 goles y repartiendo 56 asistencias. Fue un fijo para la mayoría de sus entrenadores y recién aterrizado con 19 años, la rompió conviviendo con verdaderas estrellas a su lado. Un fichaje de Ramón Calderón que en su presentación llegó a decir que su fama era tan grande como su humildad. Para el delantero era todo un reto, aunque aseguraba que no tenía ningún tipo de miedo.
Sin duda uno de los mejores fichajes de invierno que ha conseguido cerrar el madridismo. Pagaron por él cerca de 12 millones que lógicamente fueron lo más rentabilizados posible tras que en su venta se sacaron 40 kilos, 32 de beneficio.