Nasser Al-Khelaïfi vuelve a ver como su equipo, el Paris Saint Germain, vuelve a ser eliminado en los octavos de final de la Copa de Europa por segundo año consecutivo. Los de Galtier han sido incapaces de hacer un gol en 180 minutos.
La cara de Al-Khelaïfi
Tras el pitido final Al-Khelaïfi pasó por el pasillo donde estaba situada la prensa en zona mixta. El presidente del PSG mostró a una de las cámaras allí situadas un gesto extraño que mezcla el enfado y la frustración.
El año pasado se agarró a la acción de Benzema sobre Donnarumma para volcar todo su cabreo con el cuerpo arbitral, pero queda demostrado una vez más que el problema del PSG no son ni los árbitros ni los rivales sino ellos mismos.
El club parisino es uno de los que hace mayores desembolsos en materia de fichajes. Sin embargo, este año confiaron todos sus éxitos a la renovación de Kylian Mbappé pero la planificación no ha sido ni de lejos como la de temporadas anteriores.
Galtier el primer señalado
Desde que Christophe Galtier se hiciera con el mando del equipo, muchos periodistas franceses veían su incorporación un tanto extraña. De hecho, no parece que recibiera muchos apoyos y podría darse el caso incluso de que abandone la entidad antes de que acabe la temporada.
Pero el problema no parece que esté en el banquillo sino más arriba, en la dirección del club. Los refuerzos de esta temporada se han visto ineficientes. Rodear de nombres galácticos a Mbappé no da para triunfar en Europa, la cara de Al-Khelaïfi se podría deber a que en Catar están perdiendo la confianza en él.