Fichar por el Real Madrid no te asegura jugar con asiduidad todos los partidos. Nadie llega con el cartel de titular indiscutible. Sino que se lo pregunten a Hazard. El belga lleva tres temporadas en el club, y en ninguna de ellas ha conseguido hacerse con un puesto en el once.
Sus continuas lesiones y el preocupante estado de forma, le han relegado al banquillo en numerosas ocasiones y desde su llegada al club tan solo ha podido disfrutar de 66 encuentros, anotando 6 goles y 10 asistencias.
De esos partidos ha sido titular en cuarenta, pero siempre siendo sustituido en todos ellos solo llegando a completar cinco.
Un rumor que acechaba su cabeza
En palabras del jugador, él asumía que podía pasar esta situación. Ser suplente del mejor equipo del mundo podía ser una posibilidad, y así lo anunciaba Eden en una entrevista en junio de 2017.
Su salida del club inglés estaba complicada para unirse a la disciplina blanca. La realidad se convirtió en los malos presagios del jugador y ha vivido en el ostracismo durante todo este tiempo.
Aun así, el atacante blanco ha asumido su error y sabe que su rendimiento puede ser mucho mayor. Por ello, el “7” blanco se ha prometido a él y a la parroquia blanca, poder revertir la situación cuanto antes.
De este modo, se ha puesto una fecha tope para la temporada que viene y demostrar de que pasta está hecho el futbolista. Las lesiones le han ido respetando en estos últimos meses y parece que también se está volviendo a poner a tono.
La nueva versión de Hazard puede ser clave
La afición blanca tiene ganas de verle en su mejor nivel y poder justificar el precio que se pagó por él. Fue un capricho de Zidane y actualmente es el jugador mejor pagado de la plantilla con mucha diferencia. Ese precio lo debe demostrar en el terreno de juego.
Sus partidos con su selección están siendo tan solo una prueba, para medir su capacidad física y mental. Es muy importante que el jugador se cargue de minutos y se sienta confiado.
Toda su faceta futbolística le puede venir muy bien a Ancelotti, y Hazard puede convertirse en el “fichaje” que necesita el club. Si se destapa en su mejor versión puede hacer mucho daño.
Es un jugador que puede jugar en cualquier posición de ataque, algo que beneficia sus prestaciones y que ayuda a que su adaptación sea más fácil. Veremos cómo vuelve a la pretemporada, para dar el visto bueno al nuevo jugador belga.