Los sueños de las jóvenes promesas del fútbol mundial a veces no se cumplen. Pero el protagonista de estas líneas no tuvo ese pesar. Su carrera empezó de forma fortuita, a Eder Militao no le gustaba el fútbol en comparación con otros niños que despiertan esta pasión a una edad muy temprana. Eder jugaba con sus amigos en la escuelinha, pero la pelota la tocaba poco.
Así lo narra su familia en un documental sobre el futbolista brasileño del Real Madrid, que antes de recalar en la casa blanca tuvo unos antecedentes cuanto menos curiosos. Su padre era entrenador de fútbol base, pero Militao no sentía la misma afición que sus hermanos o que su padre. Fue antes de cumplir 10 años cuando le dijo a su padre que quería acompañarle a ver el entrenamiento.
Una vez allí, el central brasileño pidió a su padre participar en la práctica, cosa que le sorprendió mucho por los antecedentes del joven. Poco tiempo después empezó a destacar muy por encima de sus compañeros, hasta el punto de que con 13 años ya se echaba el equipo a la espalda y eso que jugaba con chicos de 15. No le pesaba al joven futbolista ser la pieza fundamental de su equipo, más bien al contrario.
De ahí pasó al Sao Paulo, donde debutó muy joven y pronto sería llamado para disputar partidos con la verde amarela, aunque en su versión sub 17. Es ahí cuando su padre se dio cuenta que Militao podría llegar a hacer cosas muy importantes en el mundo del balompié. Y así fue, tras una gran temporada con el equipo rojinegro recibió una llamada de Oporto para desarrollarse en Europa.
Desde su llegada a Portugal, Militao se sintió muy abrigado por todos sus compañeros y le fue fácil la adaptación. Cuando preguntaron a Casillas qué opinaba sobre el joven futbolista no tuvo dudas, "es un gran jugador", frase que tomaron muy en cuenta para vestirlo de blanco.
En el Real Madrid ha encajado muy bien desde el principio y compañeros suyos como Carlos Henrique Casemiro se rinden en alagos: "Es un jugador fuerte, rápido, va bien por arriba, cuando entra al campo se transforma, es un jugador muy completo", explicaba el mediocentro.
Casemiro se ha convertido en su gran apoyo dentro de la disciplina blanca, guarda una muy buena relación con sus hermanos y sus padres, de los que dice considerar como muy buenos amigos.