La resaca de las grandes noches europea que se vivieron en el Santiago Bernabéu en la temporada pasada aún dura y al parecer traerán cola durante años. Fueron noches imborrables para toda la afición y los jugadores del Real Madrid, quien vio aquellos partidos estará de acuerdo que son las típicas noches en las que uno queda para siempre enamorado de este deporte.
Así lo relata Thibaut Courtois, uno de los grandes portagonistas de aquellas noches de pánico en el Bernabéu que acabaron empujando al Real Madrid a otra final de la Copa de Europa y por consiguiente a conseguir otra Orejona para sus vitrinas, la primera en la trayectoria profesional del cancerbero belga. "Siempre tuvimos mucha confianza en nuestro equipo, esa fue la clave. Cuando nos toca PSG dijimos venga vamos, el partido fue malo, pero salimos 1-0 y para la vuelta teníamos fe", explicaba el belga en una entrevista realizada durante el verano por los compañeros de ESPN.
Una de las claves sin ninguna duda fue que aquellas eliminatorias tenían todas el mismo escenario donde resolver la batalla a 180 minutos. Contra el Paris Saint Germain fue increíble el empuje que metió el Bernabéu que llevó al equipo en volandas, una comunión como pocas hay en Europa cuando suena la música de la mejor competición de clubes del mundo.
"El estadio, la afición nos ayudó. Si hablas con Antonio Rüdiger nos dijo que él, con el 0-3 en el partido ante el Chelsea, dijo “ya, ya está, pasamos”, pero la afición seguía y seguía y al final eso le impresionó y llega nuestro gol. Igual contra el City que fue más increíble todavía con esos goles en los últimos minutos. No perder esa fe en tus compañeros, en el equipo (...) si la afición y el equipo están unidos pasan esas noches y eso es lo más bonito de ser del Real Madrid", decía Courtois.
Y es que a pesar de no parecer que el Real Madrid tuviera mejores jugadores que sus rivales, la edición de la Copa de Europa de la pasada temporada dejó algo claro en todo el mundo y es que la fuerza de un equipo sumada a la de una afición que desea igual o más el pase a la siguiente ronda se ve reflejada en el campo. Algunos trataron de invocar a la suerte para dar entendimiento de lo que pasó en el Bernabéu aquellas tres noches europeas.
Pero a este equipo hay que entenderlo desde el sufrimiento no desde la suerte. El Real Madrid demostró ser el equipo que mejor lleva eso de ser sometido por el rival y también de no bajar los brazos nunca. También los chicos de Ancelotti demostraron tener una capacidad de supervivencia y de reacción que ni los clubes estado con presupuestos en fichajes desorbitados pueden comprar. La clave, tal y como apuntan los sentimientos de Thibaut Courtois está en no rendirse nunca, algo que el dinero todavía no puede comprar.