El papel que juega un árbitro en un partido puede ser determinante. Su criterio para tomar una decisión puede influir positiva o negativamente para el transcurso del encuentro.
En liga, esta temporada al Real Madrid le han pitado un total de 258 faltas y 5 penaltis, además de los fueras de juego. En total les han sacado 76 tarjetas amarillas. Ni una roja. Esto hace una media de prácticamente dos por partido. Los mayores amonestados han sido: Casemiro, Camavinga y Nacho con once, nueve y siete cartulinas.
El papel arbitral con el Real Madrid
Un dato revelador. A favor, el porcentaje cambia. Al equipo le han concedido doce penaltis, de los cuales ha anotado ocho. Aunque si miramos las faltas recibidas, son casi el doble de las que han hecho ellos: 474 interrupciones.
Vistos los datos, podemos comprobar que a veces se castiga injustamente o con demasiado esmero a algunos jugadores. Sin embargo, en Planeta Real Madrid, hemos descubierto una vuelta de tuerca al asunto.
La retirada del capitán, Marcelo, sigue dejando numerosas reacciones. Sorprendente la entrevista que hemos podido repescar en su visita al programa de “El Hormiguero” en Antena 3. El lateral unos años atrás, llegó a confesar que solían estudiar al colectivo arbitral.
Siempre, antes de un partido, al igual que también se estudia al rival se estudian los trencillas. En primer lugar, tal y como decía el brasileño, por respeto. Una forma de conocer su nombre para no llamarle ni de tu o usted. Es importante para cada futbolista saber del temperamento de estos.
Criterios diferentes para arbitrar
A lo largo de la historia, siempre ha habido árbitros más tarjeteros que otros. Tienen la mano fácil, o se llevan más rápido el silbato a la boca. ¿Por qué será? Durante un tiempo, el Real Madrid acusó la campaña en contra de estos otros protagonistas sobre el verde. Muchas veces es la escusa fácil o la forma de generar polémica en los noventa minutos.
Hay árbitros que dejan jugar más que otros. El fútbol es un juego de contacto y merece ser competido al máximo nivel. El criterio, cada vez beneficia más la integridad de los jugadores, pero a veces provoca muchas interrupciones que ralentizan el juego.
En el vestuario blanco, es una realidad. Tratan de andar con ojo para evitar ser castigados continuamente. Los jugadores evitan, con mucha picaresca, ser vistos. La comunicación es una herramienta muy importante para intentar prevenir cualquier castigo.
El fútbol cada vez se mira todo más al detalle. Increíble pero cierto. La tecnología ya ha ayudado a facilitar las cosas. Pero no hay nada mejor que el ser humano superando a la máquina.