Antonio Rudiger será la primera incorporación del Real Madrid para la próxima temporada en cuanto finalice la presente, que será después de la final de la Champions del próximo 28 de mayo. El alemán cerró hace unos días el contrato que le unirá al conjunto blanco durante los próximos cuatro años, a razón de 8-9 millones de euros netos por cada uno de ellos.
El todavía futbolista del Chelsea recordaba hace un año en una entrevista, el que fue para él, uno de los peores días de su carrera deportiva. Rudiger fue víctima de un triste episodio de racismo cuando militaba en las filas de la Roma y se enfrentó a la Lazio en su campo.
“Me estaban llamando mono. Me gritaban ‘¡que te j…. cómete un plátano! Cada vez que tocaba el balón, hacían sonidos de mono. No solo eran cuatro o cinco. Era una buena parte de la afición de la Lazio durante el derbi de la capital en 2017. No fue el primer caso de racismo que sufrí, pero sí fue el peor. Era realmente odio. Lo sabías cuando lo veías en sus ojos”, contaba el defensa germano.
Lo que hizo su compañero De Rossi por él
Fue realmente duro para Antonio Rudiger soportar durante noventa minutos todo ese cúmulo de odio y de insultos racistas por parte de los aficionados de la Lazio. Un lamentable incidente que lo dejó muy tocado.
“No podía reaccionar. No podía caminar sobre el campo. No quería darles ese protagonismo. Pero dentro del terreno de juego, no importa lo fuerte que seas, si eres un ser humano con corazón te acaba marcando para siempre”, confesaba Rudiger.
Sin embargo, el entonces capitán de la Roma, Danielle de Rossi, se acercó a él tras el encuentro para ayudarlo. “En mi momento más duro, De Rossi se acercó a mí tras el partido ante la Lazio y me dijo algo que jamás había escuchado. Estaba todavía muy enfadado. De Rossi se sentó algo y me dijo: ‘Toni, nunca sentiré lo que estás sintiendo tú ahora. Pero déjame entender tu dolor. ¿Qué es lo que está pasando por tu cabeza?’”.
“A De Rossi realmente le importaba lo que sentía en ese momento. Se preocupó por mí como un verdadero ser humano. Quería entenderme. Tuvimos una conversación de unos diez minutos y ahí se lo conté todo. Es un gesto que jamás olvidaré”, desvelaba un muy emocionado Rudiger.