La anécdota nunca desvelada de Ancelotti con Kaká: “No parecía futbolista”

El aspecto físico del futbolista descolocó por completo al entrenador la primera vez que le vio

Celia Suarez
04 de Octubre de 2022
Kaká fue un genio con el balón en su etapa entre el Milan y el Real Madrid

Los flechazos existen a veces. Esto es lo que le ocurrió a Carlo Ancelotti cuando el entrenador todavía militaba lejos del Real Madrid, pero ya se empezaba a relacionar su nombre con los grandes de Europa. El trabajo que estaba haciendo era prestigioso y en el Milán, su otro gran club, consiguió coincidir con una generación de futbolistas maravillosa. Entre ellos, había un exmadridista como Kaká que enamoró al italiano desde el primer balón que tocó.

Una auténtica barbaridad según siempre lo había contado. La escuadra de Carletto necesitaba de un atacante, un talento que desequilibrara y tomara las diferencias en los encuentros. Era un conjunto poderoso, potencialmente ambicioso con ganas de conseguir numerosos títulos. Competía de tú a tú las grandes noches y pretendía ser un bloque temido.

Kaká jugaba de dulce
 

La incorporación de ese tal Ricardo Izecson dos Santos Leite, conocido futbolísticamente como Kaká, venía con el objetivo de convencer al entrenador que era el jugador que necesitaba. Pero como todas las potenciales estrellas, hay un conflicto interno entre confiar en él o esperar a que madure.

Ricardo Kaká en su presentación con el Real Madrid

Dicha propuesta era muy clara. El jugador, procedente del fútbol brasileño, tenía la posibilidad de seguir creciendo en su tierra natal o llegar como la promesa que convencería a Europa. Si lo aplicamos a la actualidad, nos daremos cuenta que muchas veces esto es lo que ha ocurrido con el Real Madrid. Véase los casos de Vinicius, Rodrygo, Valverde, o Reinier…

Pero parecía que Ancelotti lo tenía claro. Decidió apostar por él, sin apenas haberlo visto. Aunque es una de las mejores opciones ya así podría disfrutarlo de primera mano.

Kaká la gran revelación para Carlo Ancelotti
 

Sin embargo, lo que no se esperaba Ancelotti era lo que le tenía preparado Kaká entre manos. Escondido en un traje oficinista de color gris, con gafas y repeinado, así se presentó la que iba a ser la estrella de aquel Milan. Esa fotografía la abrieron numerosos periódicos y todos prácticamente se rieron de él.

Kaká en su llegada a Milán para jugar con Ancelotti 

No había problema, él sabía lo que se hacía. Hasta el mismo Carlo se confundió con el catalogándole de ser un estudiante universitario o algo por el estilo. Pero fue como cambiarse de zapatos.

Se quitó el hábito de ser un tío serio y en el primer entrenamiento nadie fue capaz de quitarle el balón que tenía enganchado a sus pies. Todos quedaron maravillados con sus prestaciones. No había un pero para no confiar en él.

El futbolista vivió una de sus mejores épocas como jugador en la élite. Seis años demostrando al fútbol que nadie podía esconder el esférico mejor que él. Sus cualidades eran óptimas tanto que junto con Ancelotti lideraron uno de los mejores equipos de la historia.

Aquel Milan consiguió ganar una Liga, Champions, Supercopa de Europa y de Italia y Mundial de Clubes. Ademas que el futbolista adquiriera de forma individual el Balón de Oro en 2007, justo antes de que se iniciara el dominio de Messi y Cristiano.

El legado de Kaká y Ancelotti como una relación de padre e hijo
 

Todos aquellos éxitos le hicieron fichar por el Real Madrid después, dónde militaría por cuatro campañas, aunque no al nivel mostrado en Italia. Las lesiones tuvieron mucho que ver en todo eso.

En su presentación en el Santiago Bernabéu se le recibió como un auténtico galáctico, junto a Cristiano Ronaldo o Benzema. Volvía la edad de oro en el Real Madrid y miles de personas confiaron en el brasileño, aunque no fue suficiente solo creer.

Carlo Ancelotti siempre muy reflexivo en el banquillo madridista

Cuando el terminó su etapa como madridista, entonces llegaba Ancelotti de nuevo al club blanco. Parecía que volverían a coincidir, pero el jugador reharía el camino a la inversa: volvería a Milan a reencontrarse como jugador.

Sin duda alguna fue uno de los jugadores más utilizados por el actual técnico merengue. Hasta el momento ha sido su sexto jugador mayormente utilizado. Hasta 270 ocasiones lo alineó para que le resolviera los partidos en cuestión. A sus órdenes consiguió ejecutar hasta 95 goles y 83 asistencias. Números de auténtico crack para presumir de lo que hiciera falta.

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