Carlo Ancelotti acumula 11 experiencias como entrenador y por ello es uno de los técnicos más laureados del mundo. Ha dirigido a los equipos de las cinco grandes ligas y es el único entrenador en haber conquistado cada una de ellas.
Su palmarés es intachable y siempre plantea todos sus equipos con una tranquilidad pasmosa que deja asombrados e impresionados a todos. Su carácter dócil hace que el equipo coja la confianza suficiente muy rápido.
Es un entrenador que se enamora de los proyectos. Siempre ve el lado bueno de las cosas y ha sabido manejar vestuarios con numerosos egos. Sin ir más lejos estuvo un tiempo en el vestuario del PSG.
No por mucho madrugar, amanece más temprano
Allí en París, empezaba a arrancar el proyecto millonario de Qatar. Confiaron en él para ser el gran artífice de aquel buque de oro que pretendía ser el nuevo rey de Europa. Pero si algo sabe de fútbol Ancelotti es que las cosas deben ir despacio.
Así lo aseguraba en varias entrevistas. Consideraba que uno no puede aterrizar en un equipo nuevo, con ambición de traer cada año fichajes y pretender ser el campeón de todo.
En cada derrota, había una discusión al respecto. Los resultados no son exigibles. No se puede controlar esa tarea. En un vestuario repleto de auténticos profesionales se debe manejar la exigencia de cada uno de ellos.
Nunca nadie estará por encima de nadie, demostrando el valor de un equipo. El fútbol es un deporte colectivo. Por tanto, primará el trabajo en grupo y no las individualidades pertinentes. Pensar en el compañero es la única forma de avanzar en este deporte. Es inviable pensar que cuánto más dinero se pague, mejor será el club.
Un auténtico error tratar de validar esa hipótesis. A la vista están los méritos conseguidos. El PSG, trata de comprar jugadores prometiéndoles la luna entera. Pero no sirve de nada si el propio jugador no cree en el proyecto.
Experiencia en los banquillos
Las temporadas son muy largas, más si se juegan competiciones europeas con los respectivos desplazamientos a un lugar u otro. De modo que se debe tener paciencia y armar progresivamente las capacidades de cada futbolista.
Mbappé es el claro ejemplo de ello. El atacante parisino, recientemente renovado por su equipo hasta 2025, posiblemente será el jugador más rico del fútbol, pero pobre deportivamente. Su equipo ha sido incapaz de ganar ningún título europeo en los cinco años que lleva inscrito en el club.
Es una evidencia sonrojante que llama mucho la atención. Ancelotti estuvo dos temporadas en el club, para luego aterrizar de blanco para conquistar la décima. Allí en París tan solo ganó un campeonato doméstico.
Los datos son así de realistas. Por eso el Real Madrid remontó la eliminatoria de Champions, por eso el club no necesita a Mbappé y por eso este equipo es uno de los mejores del mundo.