El Barcelona está como su estadio, en construcción, aunque para otros este Barça de Xavi más que en construcción está en ruinas, sobre todo por la falta de autocrítica que viene mostrando Xavi Hernández cuando los resultados no son los que les gustaría.
La evidencia se puede encontrar en sus declaraciones del pasado domingo tras la dolorosa derrota por 2 goles a 4 ante el Girona de Míchel. Pero los problemas entre el cuerpo técnico, es decir, Xavi y la directiva, es decir, Laporta, se multiplican.
Si bien desde la cúpula culé no entienden algunas decisiones de Xavi o algunos de sus discursos, ahora se abre otro frente importante y es que el Barcelona como ya pasó con Dembelé este pasado verano, no tiene presupuesto para mantener a sus jugadores más valiosos.
"En el club aspiran a obtener unos 100 millones por las ventas de jugadores como Lewandowski, Ferran Torres, Raphinha o Ansu Fati. También se escuchará ofertas por futbolistas como Fermín, Christensen o Éric García", escriben los compañeros de Culemanía.
Es por ello que la relación entre presidencia y banquillo es cada vez más difícil. Tampoco acompañan los resultados, pues el Barcelona no ha mostrado toda la solvencia que se esperaba en la fase de grupos y en Liga va cuarto a 7 puntos del líder.
Pero sobre todo la semana viene marcada por un partido donde las dudas han hecho mucho daño a Xavi. El técnico culé sigue pensando que merece ganar cuando recibe 4 goles y entiende por realidades unas hipótesis que no ayudan a devolver al Barça a la élite del fútbol europeo, del que fue apeado hace varias temporadas.
Con todo, Laporta y Xavi tendrán que planificar una plantilla de nuevo hecha con muchas limitaciones económicas, tal vez por eso Xavi aún no ha sido despedido, porque tampoco se puede aspirar a un entrenador que rompa los esquemas económicos del club.