Han pasado varias semanas desde la conquista de la histórica decimoquinta Champions League en la historia del Real Madrid, siendo la cereza sobre el pastel de la gran temporada que realizó el equipo, con todos los jugadores contentos de este éxito menos Andriy Lunin.
El guardameta ucraniano, que venía siendo el titular y uno de los jugadores más importantes, no disputó la final de la Champions debido a contagiarse de fiebre, donde cuando intento volver a entrenar, el equipo se negó: “Me dijeron que era contagioso así que por precaución, me dijeron que me quedara en casa”.
Una triste ausencia
Andriy Lunin fue una de las grandes estrellas que tuvo el Real Madrid la temporada pasada, donde tras la lesión de Courtois y la irregularidad de Kepa, el ucraniano asumió la responsabilidad de la titularidad donde logró demostrar toda su calidad.
El guardameta fue clave en varias victorias del equipo, sobre todo en la Champions League, con la tanda de penales contra el Manchester City siendo la prueba de la importancia que adquirió el ucranino, siendo la evidente opción para disputar una final que contó con su presencia en el banquillo.
Caer enfermo de fiebre fue la sentencia para que Courtois fuera el titular, donde a pesar de las palabras que el equipo le dijo a Lunin, el ucraniano ha demostrado estar agradecido de haber podido estar presente al menos en el banquillo para celebrar este importante título.
El cuidado de la salud
La situación por la que pasó Lunin es una muestra del porqué los jugadores siempre deben procurar su salud, donde aparte de las lesiones, cuestiones más simples como una fiebre pueden condenar el momento más importante de la carrera de varios futbolistas.
A pesar de no haber podido disputar la final y de disculparse por haber caído enfermo de algo tan contagioso, Andry Lunin se ha mostrado satisfecho con haber ganado la Champions y tener la mejor temporada de su carrera.