Las facturas están ahí y, por tanto, la sospecha está más que fundada. El Barcelona contrató los servicios de José María Enriquez Negreira, entonces vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA), para salir favorecido en el aspecto arbitral.
El pasado mes de agosto, era la Guardia Civil la que presentaba ante el juez su informe definitivo sobre el ‘caso Negreira’, confirmando que el Barça pagó al ‘número dos’ de los árbitros durante casi dos décadas 7,5 millones de euros por asesorías que no han sido halladas.
El fútbol español continúa con su ya habitual estado de podredumbre y nadie parece ponerle fin, salvo para justificar lo ocurrido envuelto en un victimismo infantil, o bien justificar tales fechorías alegando que todos los clubes lo han hecho.
Algo de mezcla hay en Toni Freixa, que fue directivo de Sandro Rosell y muy próximo a la junta directiva de Joan Laporta en su primera etapa, que ha reconocido que el Barça los pagos a Negreira eran para tener el favor arbitral.
En una entrevista con la Cadena COPE, Freixa ha afirmado que “en el Barça nos hemos sentidos maltratados por los árbitros” y que Negreira en aquella época les prometió que “nos iba a ir mejor”. “Un presidente, tras otro, tras otro… no se atrevía a quitar eso porque pensaba que nos iba a ir peor”, ha resaltado.
“Ante esta situación se han podido cometer muchos. Un listillo (Negreira) nos estaba vendiendo un servicio de ‘lobby’…”, ha reconocido Freixa, que fue secretario y portavoz de la directiva de Sandro Rosell (2010-2014), además de abogado de la junta y miembro de la comisión disciplinaria durante los primeros dos años del primer mandato de Laporta (2003-2005).
Ya lo dijo Negreira
Estas declaraciones de Freixa van en la misma línea de lo que manifestó ya en su día Enríquez Negreira. El ex ‘número dos’ del arbitraje señaló ante la Agencia Tributaria que el Barça le pagaba para “asegurar la neutralidad arbitral”.
“Quería asegurarse que no se tomaban decisiones en contra”, afirmó Negreira en su declaración con Hacienda. Además, señaló que, al tenerle bajo nómina, en el Barça “estaban tranquilos de que en el Comité Arbitral no había decisiones en contra”.