El nombre propio de los últimos días ha sido Arda Güler. El jugador turco demostró en el Reale Arena que tiene hueco para estar en la plantilla de Carlo Ancelotti. Siempre que el italiano le da una oportunidad, cumple con creces. De hecho, como ya todos saben, dio el gol de la victoria el pasado viernes.
En Valdebebas siempre han apostado por él y sus propios compañeros lo adoran. Prueba de ello es la gran alegría que produce siempre que marca y ve puerta. Él está muy a gusto en la entidad y ha contado una aspecto muy peculiar de su relación con los compañeros: “La mayoría de mis compañeros me llaman 'Abi' (hermano mayor en turco) y no saben lo que significa", dijo en una entrevista realizada recientemente.
La zona noble de Chamartín confía en él. Esto es obvio y la mejor prueba es que rechazaron ofertas por él durante el pasado mercado invernal. Respecto a verano parece que la película se volverá a repetir y es que Ancelotti ya dijo que Güler se quedaba.
Tocado por una varita
El bueno de Arda está tocado por una varita. A pesar de gozar de muchos minutos, siempre que entra al campo aporta bastante al equipo. No es casualidad que en tres partidos en liga haya marcado dos tantos y, además, estuviera a punto de hacer un tercero desde medio campo.
Si nos paramos a reflexionar y a profundizar, llegaremos a la conclusión de que sus registros son buenos y, evidentemente, no parten de la casualidad. El bueno de Güler tiene cualidades y es cuestión de tiempo que vaya ganando un protagonismo más destacado. Tan solo tiene 19 años.